Si es que es real

Anoche, rumbo al mundo de los sueños,
mi sonrisa lo evocó.
Así como el fiel compañero llamado libro
amena un largo camino,
así usted lo hizo esta ocasión.

Sólo que un compañero muy repetitivo:
mi libro llamado usted
estaba repleto de su mirada página tras página,
aunque el prólogo tenía su ligera pluma.

Gracias por recordarme
que, a veces,
la realidad puede ser más hermosa
que un sueño.


DULCE OLVERA,
dedicado al poeta de la mirada bonita. (1 mayo 2010)