Ese café
frente a usted y yo
tendrá que esperar,
tendrá que esperar
quizá para siempre...
Usted prefirió al alcohol
que el corazón de una amiga.
No la juzgo, no la culpo...
Simplemente, lo uno
a mi caja de desilusiones,
en donde la mayoría,
la autora es usted.
Esa banca roja que escucharía
nuestra conversación
larga, confortable,
abajo de esa luna que vería
reflejada en sus ojos
tendrá que esperar,
tendrá que esperar
quizá para siempre...
Y, aunque esta vez
su voz y mi vocecilla pudieron unirse,
no puedo olvidar
lo triste que llegué a casa
la noche pasada,
esa noche que imaginé tantas noches,
nuestra noche.
Pero, como siempre,
con usted
sólo se puede imaginar, soñar
para que luego
desmorone todo junto con
las ilusiones, alma y corazón de una
con un simple:
" N o p o d r é i r ".
DULCE OLVERA
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