lunes, 6 de septiembre de 2010

Mientras la regadera hace lo suyo

Extraño ver mi mano y tu rostro
al mismo tiempo
extraño pestañear lentamente
hasta verte
cerrar los ojos, abrirlos
y que sigas ahí a mi lado.
¿Quién dijo que no se puede
añorar a los dos minutos?
Por suerte, me quedo dormida
y tus manos mojadas en mi rostro
me despiertan minutos después
y puedo verte
tu sonrisa, tus ojos, tus lunares
todo al mismo tiempo
y sé que lo añoraré...
DULCE OLVERA
"Logró acercar sus ojos a aquel ombligo único de consuelo y amor y miró por él como quien mira por una cerradurra. Y por fin pudo ver el mundo. Un mundo con Nagasaki, pero sin Rita, ya era algo. Y cuando el ojo de la cerradura volvió a ser ombligo de Mariana, apoyó su frente contra él y apenas murmuró: Mariana y punto." Borra de Café, Mario Benedetti.

No hay comentarios.: