Le propongo un trato
/olvide que olvidó el primero.
Le permito quedarse
con sus rencores inventados
venganzas frustradas e
inigualable orgullo.
A cambio,
sólo suplico que me devuelva mi sueño.
Así,
de noche en noche
se me irá quitando la estúpida idea
de seguir queriendo su persona
/ su usted.
Y si aún no se convence,
carajo
quédese con mi sueño,
la idea y la almohada...
pero lejos, muy lejos.
DULCE OLVERA
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