viernes, 25 de febrero de 2011

No volveré a escribirle


/ Desde hoy,

soy manca.

Segundos después de escuchar

dos veces su

"ya no me importas"

recurrí a azotarme la puerta en la mano izquierda:

sin ella, ya no tendría cómo escribirle.


Sin embargo

/ a pesar de que la sangre no paraba,

mis lágrimas dolían más
me repetían a gritos unay otra vez
su mirada, su adiós sin titubeos, su mi vida sin ella.


La otra mano se cayó sola:

no soportó verme sufrir tanto.


/ Desde hoy,

estoy manca

y aún así me las ingenié para escribir(te).


DULCE OLVERA
"Pon a dieta a tu ausencia: aún me pesa demasiado... o más fácil, vuelve".

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