sábado, 17 de marzo de 2012

Canto a mi musa (VI)



Entre tanta espera
los minutos comenzaron a cuestionarme
por qué a ella, por qué musa,
en qué era ella.

Me sentí ofendida...
perdí gran parte de
mi injustificada esperanza.

Y a la vez, frustrada:
toda una vida
y todas las letras
y jamás he podido responder ello.

Dentro de un reloj,
ellos me exigían explicar lo inconcebible.

Mi musa
se ha vuelto mi campo
de observación eterna
y, aun así,
me es complicado obtener
resultados claros, certeros...

Ella es mi inspiración
sin razón
sin descripción creíble.

Ella se siente, no se piensa.


Cada minuto de esta noche me obliga
a exponer un porqué coherente
y entre miles de hojas de papel
sólo puedo justificarme
con mis emociones plasmadas.

Mi musa es mi poesía,
mi poesía soy yo.
/ Somos una integración.
Sería buscar informar por qué
yo soy yo
o ella es ella.

¿Me entienden, minutos?
Ustedes se han vuelto horas, madrugada y día

/ nunca pude responderles...

DULCE OLVERA

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