miércoles, 26 de diciembre de 2012

Resaca de un encuentro

Le advertí al corazón
que no la escuchara,
embriagarme en sus palabras resultaría desastroso.
Al alma le anticipé lágrimas antes
para que no la buscara.
/ el dolor se pudo evitar...

Le rogué a mi mirada
que no la contemplara perdidamente
ni mucho menos suspirara.
Le pedí de favor a mis manos
que no la acariciaran en los sueños.

Ahora es tarde:
alma y corazón
decidieron dejarse llevar
por la locura con aroma de mujer
/ ante su rechazo, ambos se ahogaron en desilusión.

Una desilusión que los llenó de vida.

DULCE OLVERA




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