Me acusan de loca por cuestionar el orden artificial.
Me acusan de loca por contrastar ante el orden establecido por convención social.
Me acusan de loca por creer en la libertad con responsabilidad y límites (nuncaafectarse ni afectar al otro salvo en defensa propia si en verdad se valora la vida).
Me acusan de loca por creer y luchar por la libertad de expresión, de creencias, de posturas.
Me acusan de loca por creer en la eficiencia de las manifestaciones: es evidenciar visualmente que el orden artificial no funciona, que el caos se desborda entre simulación fallida.
Me acusan de loca por creer y luchar por los derechos humanos.
Me acusan de loca por mostrar mis emociones, esas que todos los humanos tenemos y no debemos ocultar.
En nombre del orden artificial nada es válido. Siempre hay alternativas.
Me entrego a esta exquisita locura razonante. A esta búsqueda de liberación del sometimiento por parte de lo establecido, de lo supuestamente normal y socialmente aceptado.
Me declaro loca. Ajena al conformismo, ajena a cruzarse de brazos, ajena a nunca cuestionar lo dicho, lo común.
DULCE OLVERA
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