sábado, 22 de mayo de 2010

Se solicitan corazones

¡Oh, quién tuviera el corazón
tan fuerte como el de un toro!
Sólo así podríamos soportar
humillación, miedo y desesperación
sin decir nada...
sólo agachar la cabeza.

¡Oh, quién tuviera el corazón
tan valiente como el de un toro!
Sólo así podríamos controlar
nuestros deseos de venganza
mientras morimos desangrados.

¡Oh, quién, por lo menos,
tuviera corazón!
Sólo así no llamaríamos arte
a burlarse de un animal
desde una butaca.

DULCE OLVERA,
¡No más toreros, no más asesinos con vocación!

No hay comentarios.: