lunes, 12 de julio de 2010

La Divina Comedia (versiòn mexicana siglo XXI) Capìtulo 5


INFIERNO


Pedro y su seguidor han llegado al quinto círculo. Donde se encuentra la ciudad de Dite. Ni siquiera yo, el narrador, sabe dónde o qué es Dite. Pero es preciso imaginarla rodeada de una laguna cubierta de fetidez, olor desagradable, pues.
No dan 45 pasos cuando Pedro le advierte a Dante mexicano de no mirar a aquellas furiosas mujeres que se arrancan la piel ellas mismas. Una, porque están horribles y otra, porque, una de ellas, "La Doña" lo convertiría en piedra y no podría jamás volver arriba.

-Cúbrete los ojos con las manos, no pienso llevar cargándote echo piedra hasta allá.

Al entrar a la ciudad, Dante mexicano preguntó a su fiel guía qué clase de gente era esa que, sepultada en aquellas arcas, se daba a conocer por sus dolientes suspiros.

-Esas tumbas están mucho más llenas de lo que puedes figurarte. Más que un metrobus por la mañana. Ahí está sepultado cada cual con su semejante y las tumbas arden más o menos.

Después de que Dante le dio un vistazo dentro de las tumbas, dejaron las murallas y se dirijieron al centro de Dite.

-Mira, Dante mexicano, agúantate este canijo olor porque así serán los próximos 3 subcírculos de este círculo. En el primero, se encuentran los violentos... ya sea los violentos hacia sí mismos, contra el prójimo o contra Dios.

-Es decir, ¿un musulmán que diga que el único y verdadero dios es Alá? Señaló Dante mexicano, cubriendo su nariz del insoportable olor.

-Buen ejemplo. Pero principalmente, en este primer círculo se encuentran... mira, observa allá. No es preciso que los reconozcas. Aquí ya no son nada. Ni mucho menos lo fueron en vida. Mira detenidamente sus miradas, ¿no te dicen nada? Son miradas de delincuentes, de asesinos, de violadores. Y, el destino de aquellos otros, que se suicidaron, les creo la misma mirada.

-No estoy seguro, pero creo saber quién es aquel que su indescriptible mirada me atormenta. Querido guía, desmiénteme si aquél no es Saddam Huss...

- ¡Calla! No merece ser recordado, ni pronunciado. Lo que más anhelan estas malditas almas es seguir viviendo en la memoria de sus víctimas. Pero la verdad es que no son nada, recuérdalo muy bien...

Dante mexicano sólo agachó una vez la mirada dispuesto a seguir escuchando sobre los dos subcírculos restantes.

- En el segundo recinto, debes saber que fueron humanos hipócritas, aduladores, hechiceros, falsarios, rufianes, barateros los que se encuentran aquí sufriendo eternamente.

-Oh, Pedro. Eso me hace pensar que aquí terminarán llegando los creadores del famoso folletito rojo que reparten en la entrada de los metros. Donde se asegura curar cáncer, diabetes sin importar qué tan agravado se esté...

-"Si no le contestan, insista". Así es...

-¿Y, de igual manera, los que roban celulares, estéreos, ropa, partes de carro, etc para venderlos en Tepito u otros lugares de mala muerte?

-Sin duda, Dante. Aquél que robó tu celular en la estación Cuauhtemoc o el que te bolseó $200 en el metrobus no tarda en conocer este canijo olor que me está haciendo desmayar...

-Creo que hablo en nombre de todos los mexicanos -dice con los ojos brillosos- que ni toda la maldita peor pestilencia de toda la galaxia, respirada a diario por el resto de lo infinito, basta para castigar a estos desgraciados miserables hijos de su putísima madre. Pero en fin, que sus inmundas narices huelan lo que se siente que te quiten tus cosas así como así... Pendejos. Pero respetar la decisión del Pulpo Paul es mi deber.

-Ya quiero verte aquí el resto de tus días de alma, soportando este inacostumbrable olor... Ahora bien, ¿qué me dices de las almas torturadas del tercer subcírculo? Son nada más y nada menos que los que han cometido traición.

-Basta decir que está repleta de políticos que olvidaron sus promesas de campaña electoral. Y de infieles sin sentimiento. Una cosa es poner el cuerno y otra muy distinta es traicionar el amor, tratar ma y ser irónicos... ya, me entiendes.

- Me agrada tu don de adivino. Ahora, es tiempo de dejar este lugar. Ya veo no muy lejos a la Osa Mayor. Camina...

DULCE OLVERA

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