viernes, 13 de agosto de 2010

Un mundo ebrio, ¿es un mundo feliz?


Faltaba poco para las ocho de la mañana, pero aquellas mujeres adornaban la banqueta con sus pasos muy tranquilamente. Allá iban la madre y su pequeña hija. Danielita llevaba sus dos manos ocupadas; con la izquierda tomaba dulcemente la mano de su madre mientras caminaban rumbo a su Jardín de niños y, con la derecha, sostenía su loncherita. Un Pikachu sin el ojo con el que vería al perro rascándose lo que los perros se rascan. Es sabido que los tuertos, siempre se pierden la mitad del mundo. La mitad de la calle, en el caso del receptor de Dani. Así es, el señor Pikachu y la beba van platicando telepáticamente. La madre no da más que silencio: va pensando en qué hacer de comer hoy. Ni sus pasos son notados, esos zapatos cumplen lo que prometían en el catálogo. Sin embargo, esos no son los del catálogo. No se lo diga.


Cualquier señor con traje, pero sin portafolio que pase a lado de Dani, creerá que va pensando en dulces o en el oso Bernard que vio esta mañana mientras le colocaban un moñito amarillo en su cabeza. Se equivocaría. Tal parece que el portafolio ausente era el elegido para informarle que Dani va opinando con Pikachu, cómo sería el mundo, si todos actuaran como lo hacen los ebrios.


-Imagínate, Pikachu, ¡todos bajo el efecto del alcohol por siempre! Piensa mientras sonríe.


Danielita merece el diminituvo porque, efectivamente, sólo tiene seis años. Los cumplió hace dos meses justo a las 10:50pm; ella ya dormía a esas horas soñando con el triciclo que acababa de recibir como regalo sólo por haber nacido. Es normal que una niña con esa edad, ¿piense eso a las 7:47am de un miércoles? Sea lunes o sábado, por Dios, ¡no!


-¿Tú cómo crees que sería?, rompe el silencio la lonchera parlanchina.

-Muy diferente. Todos estarían felices siempre y nadie se haría daño entre sí.

-No logro entenderlo, ¿cómo puedes decir eso si nunca has probado el alcohol?, le contesta Pikachu mientras se le encaja una punta del toper en la espalda.

-No, pero Karla me cuenta qué se siente. Dice que con eso todos socializan, se ríen y pasan un buen rato. ¿Por qué tiene que durar tan poco ese momento de armonía? El mundo entero debería estar así eternamente...


Pikachu necesitó imaginarse frotando su mano en el mentón para reflexionar un poco. Cierto que esa lonchera poseía un gran intelecto, pero esa argumentación necesitaba una respuesta sublime. Con pro y contras.

-Mira, si lo ves desde ese punto, estoy de acuerdo. Sin embargo, lo que tu hermana no te ha dicho es que esas sustancias te hacen daño. Hacen que te duela la cabeza, que vomites, que pierdas la memoria, que te marees, que te vuelvas violento, que hagas cosas de las que te puedes arrepentir, etc. ¿Quieres que pase eso en el mundo?, ¿que cualquier persona vomite en cualquier lado, mientras una señora de sombrero floreado se levante su vestido gritando "Disfrútenme"? Pregunta, haciendo un gesto de asco.

-... ¿De verdad pasa eso? -Y no es que Dani no le creyera a su amigo, Dani confiaba más en él que en su lapicera, pero todas esas consecuencias le parecían extremadamente bárbaras- ¿De verdad, se tiene que pagar todo eso por la dicha de pasar un momento divertido y feliz?

-Te lo juro.


Dani guardó silencio hasta que llegó el momento de despedirse de su madre con un beso en la mejilla y el otro en la cruz para la bendición. "Nos vemos al rato, mami", dice con la voz de una pequeña que todos podemos imaginar con ternura.

Entra con lonchera en mano a la puerta de su escuela. Su mirada refleja incertidumbre. Hace una mueca, tapando el lunar que tiene cerca de los labios. Se dirije a su salón. Camina por el pasillo rumbo al 3°B. Por la ventana, nota que su profesora ya llegó. Se detiene a unos centímetros de la puerta y le susurra a Pikachu en el oído, "Esto no ha terminado. Lo discutiremos en el recreo". Dani entra a su clase. Durante tres horas tal parece que pinta, que recorta, que ríe, que hace una plana de la I. Pero, en realidad, no hace otra cosa más que pensar en cómo ganarle el debate a su lonchera, quien la mira desde el lugar de las loncheras creyendo que su inteligencia la ha conducido a la victoria; no debe haber tal mundo ebrio.


Las 11am llegan y no pasa nada. Un minuto con 14 segundos después, el timbre suena y la miss Marcela deja salir a los niños a jugar durante media hora en el patio. Lo de esta semana son los tazos de Digimon IV. Dani mira retadoramente a Pikachu. Pikachu le desvía la mirada con el único ojo que tiene.


-Dani, ¿quieres jugar Resorte con nosotras?

-Ahora no. Contesta sin dejar de mirar su objetivo.


Se acerca a Pika, lo toma del brazo sin pronunciar nada, lo conduce hacia la jardinera del árbol que tiene la rama en forma de brazo musculoso y lo sienta. Los rayos de sol hacen que Pikachu, desde ese asiento de ladrillos, sólo vea a su dueña como sombra.


-¿Y bien? Dice, sabiendo que no le puede ir tan mal, pues lleva cargando sus alimentos.

-Si el mundo estuviera lleno de personas que actuaran como ebrios, sería perfecto. Todos se llevarían de maravilla. El cuerpo se acostumbraría a estar en ese estado y no habría tales consecuencias. Mala copas no habrá. Ebrios de verdad, borrachos carismáticos. Nada de necios ni violentos. Te pido imaginación. -coloca sus manos en la cadera- ¿Puedes imaginarte a Obama ebrio? Retiraría a todos sus soldados de la frontera, quitaría sus aviones matones y diría entre broma y broma, "La verdad, no quería poner a mis muchachos para que controlen el narco, la neta es que en unos meses, planeaba invadir su país, ¿ustedes creen?", terminaría con risas.

-Pero...

-¿Puedes recrear a todos los locos musulmanes que se autodestruyen con bombas, no pudiendo encenderlas por estar tan mareados y riéndose a carcajadas?, ¿imaginas a Corea del Norte abrazando a la del Sur?, "Perdóname por haber sido tan mamón, carnal". Figúrate a los de la Suprema Corte de Justicia diciendo con un vaso de vodka en la mano: "A la verga sus mordidas, metan al tambo al culpable del caso ABC, al asesino de Paulette, a los causantes de las muertas de Juárez, a los sacerdotes pederastas, y a todo el resto de jodidos criminales sin castigo". Lloro de emoción al ver a Chávez y a Santos abrazados y cantando: no me llames Frijolero, pinche gringo puñetero...

Secuestradores dejando libres a sus víctimas menos al jefe Diego; periodistas gritando que el mundo se está cayendo a pedazos y que nadie les tape la boca; Calderón gritando desnudo "La veidá, sí robé las elecciones, mis chavos"; Elba Esther Gordillo reclamándoles a los profes "Ahora sí ya vamos a enseñar bien, ¿verdad? Vamos a cambiar los planes de estudio, daremos educación de calidad, ¿de acuerdo, compañeros?"; asesinos utilizando sus armas para poder pelar nueces...

-¡Basta, basta! Para, por favor. Es imposible... los ebrios no son así. Los ebrios son agresivos, golpeadores, estúpidos, inconscientes. Pero, ¿sabes?-hace una pausa Pikachu por el nudo en la garganta que se le hizo- con un día que pasara todo eso en todo el mundo, habría valido la pena tantos millones de años de supuesta evolúción para poder conocer el verdadero comportamiento que debería tener el ser humano. ¿Qué necesidad de tener que chupar, para actuar así? Que no la amabilidad, solidaridad, amor, amistad, conciencia, ¿deberían abundar siempre?


Dani suspiró. Abrió a Pikachu, tomó la manzana, cerró a Pikachu, dio la primera mordida y volvió a suspirar. Niña y lonchera intercambiaban miradas nubladas por ciertas lágrimas...


DULCE OLVERA

1 comentario:

DRANIA dijo...

qué buen relato!!!
un gusto haberlo encontrado por casualidad y quedarme a leerlo :)