martes, 1 de marzo de 2011

Apóstrofe II: Colibrí


Desesperada,

corrí al desierto a recolectar

un saco lleno de arena

/ no se me ocurrió que en la playa también había.


No busco otra cosa

más que rellenar aquel reloj

porque sé que el último granito cayendo

será un tú (nunca más).


Lamento ir contra el destino

que has decidido ponernos a las dos

/ porque mi destino es necesitarte

necesidad de cuidarte, de quererte

no de que me cuides ni que me quieras /


Caí deshidratada a las dos horas de caminar

cargando el costal y todas las palabras acumuladas

que frustradamente no he podido susurrarte.


Segundos, minutos o días después,

Colibrí se acercó y esta vez él me dio un mensaje tuyo:

Aseguró que ya no me querías,

que de igual forma, deseas que aquel día nunca llegue

/ yo porque no volveré a verte

tú porque tendrás que verme /


No le creí,

los Colibrís sólo dicen una sola verdad,

así que te lo mandé de vuelta;

Colibrí, ve y dile que la quiero...


DULCE OLVERA
Mi apóstrofe no tiene otro nombre más que ese, el tuyo...

No hay comentarios.: