sábado, 5 de marzo de 2011

Apóstrofe V: Desayuno


Como es mi costumbre,

aprovecharé los pedazos de vidrio

de aquel reloj de arena quebrado

y me prepararé un omelette con ellos.


/ así cortaré mi lengua, garganta

y estómago,

al mismo tiempo que sacio esta hambre
de tenerte a mi lado y charlar.


Heridos, la hemorragia interna

equilibrará el corazón roto y esas ansias de abrazarte.


Una vez terminado

peculiar desayuno,

tomaré como postre rajaduras de mi piel

en brazos, piernas, pecho y cara:

aberturas donde pienso introducirme

dicho nunca jamás

/ ¿desde cuándo los adverbios son materia controlable?


No sé,

¿desde cuándo tú decides

cuándo puedo dejar de demostrarte cuánto te quiero?


Colibrí no ha vuelto

de transmitir mi mensaje;

pero lo sabes. Yo aún te quiero.


DULCE OLVERA

No hay comentarios.: