sábado, 9 de abril de 2011

Somos lo que vemos y oímos: no chinguen


Si hay algo que me molesta es la discriminación. Para mí no es otra cosa más que un escudo para los débiles; una forma de sentirse superiores a partir de encontrar "defectos" en el otro. Sin embargo, lo que todos ignoran (o fingen hacerlo) es que la personalidad y físico de cada individuo en este mundo depende de dónde nace y dónde va creciendo. Es decir, la persona es lo que ve y escucha al rededor de toda su vida, aunque claro está, lo reafirmará y escogerá conforme a su libre albedrío.


Pondré el ejemplo más común en el DF: "Todos" odian a los chacas. Antes era a los emos o a los reggaetoneros... ¡hasta para discriminar hay modas! Uno pregunta por qué los marginan de una forma tan fea y, por más que se busca, no se escuchan argumentos válidos: "Por feos", "por nacos", "por ratas", "por culeros", etcétera, etécetera. Y llegamos a lo mismo: los chacas son chacas por dónde nacieron: Tepito, Ecatepec o demás barrios parecidos. Los chacas son chacas porque sus amigos o hermanos lo son. Visten como visten porque ven que Wisin y Yandel visten así. Osea sí, se dejan influenciar por los demás, pero ¿quién no lo hace ante un mundo lleno de personas por todas partes? ¡Algo hay que adoptarles! Y si se adquieren puntos positivos o negativos, eso es según cada quién.


Por lo tanto, es idiota hablar mal de ellos y mentarles la madre cada 28 en el metro Hidalgo por una simple razón: si tú hubieras nacido en uno de esos barrios, estoy segura un 99.9% que serías chaca; #nochingues y corre a abrazar a tu chaca con gorrita brillosa más cercano.


DULCE OLVERA

No hay comentarios.: