sábado, 27 de octubre de 2012

Cuando el amor golpea desesperado

I

Te conozca donde te conozca
promete que siempre serás mi otoño.

Cada suspiro de sol
que dejes en mí
teñirán mi alma de rojo,
caeré lentamente entre ti
/ pero jamás llegará el invierno
en nosotras.

Entiende que si el amor
concluye sus deseos,
pronto fallecerá en el frío.
Trata de entender que cuando
el amor golpea desesperado,
debes ignorarlo:
aquello que nunca inicia,
nunca termina.

Prométeme viento de septiembre
que siempre serás mi otoño
así mueras por invernar
entre mis brazos.

II

Después de ser
ese atrevido viento
que decida abrazarme,
te ruego me conviertas
en distintos pétalos
con inimaginables colores
e irrepetibles aromas.

Sólo porese momento
olvidemos las consecuencias
de dejarse llevar por una locura
llamada amor.

Disfrutemos cada uno de
tus cálidos brazos
llenos de arrebatado y místico cariño.

Pero no olvides, mi viento hecho mujer,
que juntas tendremos que salvarlo:
cuando el amor golpea desperado
es porque no encuentra la forma
de advertirle a su dueña
que de alguna manera podrá
salir como un potro demente.

Si logra liberarse,
¿terminará nuestro amor?

Por lo pronto,
sopla cada uno de mis pétalos
y seré capaz de describir
esta bendita ausencia de cordura.

III

Cuando sea ave,
amado viento teñido de suspiros,
intenta conducirme lejos
del olvido y la soledad:
manténme viva en cada uno de tus soplidos.

Porque cuando el cielo te exhale,
tú lo pintarás de tonos rojizos
que mis alas harán rosa.

Y todo eso, viento de otoño,
porque nos amamos
 y nadie es capaz de decírnoslo.

Cambiemos palabras por colores
y besos inexistentes
por una única mirada
/ profunda y sincera.

Volemos juntas,
viento,
volemos juntas.

IV

Cambiemos la palabra por colores:
esa voluptuosa mujer
es resultado del amor
entre el hablante y las letras.

Si continuamos del lado de la palabra,
viento y hoja / viento y ave
formaremos un amor más inmenso que ellos,
un amor imposible de ignorar.

Refugiarse en los colores
es nuestro destino,
abrazarnos entre sus tonos y mezclas
olvidando a ese amor
que golpea desesperado
en lo alto de nuestro vuelo.

Por cada brisa tuya, un color.
Allá, en el cielo escabroso,
viviremos entre cálidos y fríos,
¿sin amor?

V

Te invito a inhalar
el aroma del eterno deseo
y descubrir si se convierte
en un amor,
en el primer amor sin fin.

La línea entre el besarnos y no
es tan delgada y delicada como el ala de una abeja
que desea ser mosca de campo.

Promete que,
cuando el amor golpeé desesperado,
jamás dejarás que lo concluyamos
en algo tan tangible como una
caricia entre labios.

Lo nuestro debe y puede ir más allá:
tan lejos como un mundo
donde llueva todos los domingos.

VI

Bajo esa lluvia semanal
me sentaré a reflexionar:
jamás imaginé que el amor eterno
podría tener pausas inesperadas.

Cuestioné a los rayos solares tenues
de otoño
y sólo me respondieron
--Es posible la llegada del invierno.

No lo permitas.

Grita lo suficiente
hasta que cada pétalo de mí
llegue al sol
y mi mirada enamorada
logre conmoverlo.

Quizá tenga pausas,
pero un soplo tuyo bastará
para continuarlo.
/ Sumérgenos en la deseada eternidad.

VII

Esta hoja hecha otoño
tanto temió la llegada
de la última estación
que prefirió adelantarla,
darle la bienvenida, hacerla pasar
/ permitirle matar nuestro amor eterno.

Una vez más
esta hoja fue incapaz de sobrevivir
a excelsa perfección
llamada eterno amor.

En su viento encontró
tranquilidad y capacidad de soñar.
Aun así,
decidió caer lejos.

 Viento hecho mujer,
viento que sopla cielos sin anochecer,
continúa esta utopía:
encuentra una hoja que no tema,
que crea en el amor eterno...
y luche por él
cada segundo de su existencia.

La lluvia del domingo
me arrastrará a otros árboles.
Mi último latido
pertenecerá a todo aquello
que hubiésemos vivido,
a todos aquellos vuelos
que hubiésemos emprendido
sin la presencia de un beso.

/ abrazos, sólo abrazos.

VIII

Cuando el amor
golpea desesperado,
ignóralo.
¿Qué más da?

No tiene caso,
mucho menos
si es un amor eterno.

IX

Cuando el amor golpea desesperado,
quien ama termina por desesperarse.

El invierno fue capaz de llegar
y la hoja se convirtió en nieve
/ y el viento continuó su camino.

X

Ya nadie cree en el amor eterno.

DULCE OLVERA
(Septiembre-octubre, 2012).

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