Había decidido no decidir más.
No guiarme entre
planes sin cumplir
y así fue.
Sólo subía por subir
sin saber con qué
me encontraría en la cima.
La incertidumbre seducía
mi agotamiento.
Miraba hacia mi alrededor
hacia atrás
hacia arriba
/ toda dirección era una
posibilidad.
Por fin llegué a plano terreno,
estaba agitada.
Dos lagunas
abrazadas entre cerros
recibieron el inicio de mi vuelo.
Respiré la sagrada tranquilidad
del silencio único de la naturaleza.
La paz del frío.
A mi derecha,
una última
y breve subida me llamó.
Ascendí un poco más
y logré tocar las nubes.
No había más arriba,
no más por descubrir
y sentí mi humanidad.
El reflejo del sol temblaba
sobre la laguna frente a mí,
y percibió mis lágrimas.
/ Lloré ante tanta perfección.
Y entonces lo supe
sin haberlo planeado antes:
era el lugar, el único ideal
para guardar mi amor
/ para perdonarnos
/ para cerrar la historia
que nunca contaremos juntas.
Entre
nubes cercanas
tímida nieve
altura de fantasía
retador silencio
lagunas separadas
paz y distancia,
ese amor intenso que te tuve
será cuidado e inmaculado.
En esa protección natural
nuestras memorias
no serán dañadas nunca más.
Sentí tranquilidad.
Por momentos aislé mi alma al cerrar los ojos.
Pude despedirme de ti
y por primera vez,
desearte con sinceridad
vive y disfruta.
Adiós.
Poco a poco descendí
del vuelo de la liberación
y mi cuerpo recuperó calidez;
dejé de temblar.
Amarte fue fantasía e idealización,
fue locura sin correspondencia
y entrega sin arrepentimientos.
Lo mejor que me ha pasado.
Aquí en el suelo firme
todo es diferente
y ella no está más.
Ya no tengo más por darte.
Cada quién tiene una historia
por escribir entre lagunas separadas.
DULCE OLVERA
[Para Miriam]
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